Ya estamos de vuelta al trabajo después de una intensa semana de formación en Innsbruck. Los cinco días de trabajo e intercambio de experiencias nos han inspirado y dado la motivación que necesitábamos para el último empujón de este año cargado de aprendizajes y vivencias.
Las 13 participantes del Proyecto WOMCA que participamos en la formación proveníamos de 4 países diferentes (Austria, Holanda, España y Lituania), aunque a medida que pasaban los días fuimos descubriendo que era más lo que nos unía que lo que nos separaba como mujeres jóvenes emprendedoras: miedos, barreras, retos y motivaciones.
Durante esos días pusimos a trabajar nuestra capacidad creativa y pensamiento lateral para identificar nuestras habilidades y aprender a desarrollarlas en el futuro. Algunas herramientas que empleamos fueron el Hero’s Journey, Lego Serious Game, escritura creativa, la técnica de los Seis Sombreros del Pensamiento o el mapa de Stakeholder.
Además, pudimos aprender de las experiencias de Katarina Dennhardt y Birgit Scheidle, que en su día decidieron embarcarse en una empresa innovadora en la región del Tirol. A principios de la década de los 90, muchas mujeres comenzaban a incorporarse al mundo laboral y no había manera de conciliar su vida laboral y familiar si así lo deseaban. Detectaron la necesidad de ofrecer un servicio de cuidado de día de niños/as y así comenzaron su aventura. Uno de los mensajes más valiosos que nos dieron fue que nos atreviéramos a actuar y a hacer; el primer paso para que un proyecto de emprendimiento salga bien es creerse al máximo el propio proyecto, estar convencida de cómo va a beneficiar a la sociedad y saber contar por qué es importante lo que se hace.
El intercambio de experiencias, la exteriorización de todos nuestros miedos y necesidades, así como la puesta en común de herramientas para superarlos fue, sin lugar a dudas, lo más valioso de la semana.